jueves, 23 de marzo de 2017

Imita acciones, no apariencias



En la literatura Zen se cuenta la siguiente historia acerca de Huai-jang cuando éste iniciaba al que sería su sucesor, Ma-tsu, que entonces estaba practicando la meditación en posición de sentado:

—Su Reverencia —preguntó Huai-jang: ¿Qué objeto tiene meditar sentado?
—Convertirse en un Buda —contestó Ma-tsu.

Entonces Huai-jang tomó una baldosa y comenzó a pulirla sobre una roca.
—¿Qué hace usted, maestro? —preguntó Ma-tsu.
—La estoy puliendo para hacer un espejo —dijo Huai-jang.
—¿Y cómo va a hacer que una baldosa pulida se convierta en un espejo?
—¿Y cómo va a hacer que meditando sentado se convierta en Buda?



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