jueves, 28 de diciembre de 2017

Dulzura compartida



Cada 25 de diciembre mi madre espera que sus hijos estén presentes en casa, intercambien regalos y coman pavo. Y cuando se pone su suéter navideño, más vale que todos se animen. Como era natural, yo iba a ser la primera Jorres en rebelarse. Por ser la segunda de tres hermanos y artista, quería seguir mis propias reglas y adoptar tradiciones nuevas. Una biografía de Flannery O'Connor me dio la idea: pasaría la Navidad ien una colonia de artistas! Nadie se alegró con la noticia. Por la forma como se quejó mi mamá, parecía que iba a divorciarme de la familia. Pero me mantuve firme e hice planes para mi aventura de invierno en New Hampshire.

La Colonia MacDowell era todo lo que podría yo haber deseado. En ella había 25 o 30 artistas, y era justo como la había imaginado. Me sentía como si fuera un personaje de una estrafalaria película independiente. Al llegar la Nochebuena, ya llevaba yo más de una semana en la colonia. Ver caer la nieve empezaba a aburrirme, pero no se lo habría confesado a nadie nunca. Todo el mundo se divertía de lo lindo. iPaseos en trineo y whisky! iCharlas sesudas frente a la chimenea! Todos felices menos yo. ¿Qué me pasaba? Era la fiesta decembrina de mis sueños: sin renos de plástico paciendo en el jardín de la casa, sin partidos de fútbol americano en la televisión y sin suéteres navideños a la vista. La gente allí ni siquiera decía "Navidad", sino "fiesta". El refinamiento más puro. Entonces, ¿por qué me sentía tan triste? Al final telefoneé a casa desde la sala común. Mi padre contestó, pero apenas oía su voz debido al intenso ruido de fondo de los artistas. Papá bajó el volumen del disco navideño de Stevie Wonder que estaba escuchando y me dijo que mi madre se había ido de compras con mis hermanos. Eso me enfureció: estaban pasando una Navidad estupenda sin mí.

En la mañana de Navidad, aunque caía una fuerte nevada, apareció un paquete grande junto a la puerta de mi habitación. En él estaba anotado mi nombre con la preciosa letra manuscrita de mi mamá. Levanté el paquete como una niña de cinco años. Contenía un pastel relleno con betún rojo, mi favorito, envuelto con un montón de plástico de burbujas. La sencilla tarjeta que lo acompañaba decía: Feliz Navidad. Te queremos mucho. Mientras rebanaba el pastel, todos los artistas me rodearon: jóvenes, viejos, ateos y creyentes. Mamá había enviado un auténtico regalo hecho en casa, no un simple capricho de moda. Fue un pequeño milagro navideño que un pastel haya alcanzado para tantos. Lo comimos con las manos sobre servilletas de papel, para satisfacer un hambre de dulzura que, sin saberlo, todos sentíamos.


lunes, 25 de diciembre de 2017

El niño descalzo



En Navidad,podemos reservar algún momento del día para leer un cuento a nuestros hijos. Es una forma de pasar más tiempo con ellos y de paso educarles en valores de una forma sencilla.

En este caso, el cuento del Niño descalzo, basado en un cuento tradicional francés, nos habla de los valores de generosidad y bondad. Un niño que apenas tienen nada decide ser solidario con otro niño que tiene mucho menos que él. ¿Será recompensado de alguna forma?

Pierre era un niño que había perdido a sus padres y vivía con su tía, una mujer muy egoísta y avariciosa. Ella nunca le demostraba cariño. Ni siquiera le felicitaba por su cumpleaños. El pequeño, sin embargo, tenía un corazón bondadoso. Su tía era tan avara, que desde hacía tiempo no le compraba zapatos. Pierre se tallaba él mismo unos zuecos con un poco de madera.

El 24 de diciembre, Pierre estaba muy nervioso, ya que sabía que esa noche vendría Papá Noel. Esta deseando llegar a casa para dejar sus zuecos junto a la ventana. Sin embargo, al salir de la Misa del Gallo, Pierre vio a un niño muy pobre que tiritaba de frío en un rincón de la acera. No tenía zapatos y vestía de blanco. A Pierre le dio tanta pena, que se quitó uno de sus zuecos y se lo ofreció al niño.

Al regresar a casa, la tía de Pierre se enfureció al verle.

- ¡Ya has perdido uno de tus zuecos!- le gritó al niño- Ahora querrás tallar otro con uno de mis troncos para la chimenea. ¡Me lo tendrás que pagar! Por malo, esta noche en lugar de Papá Noel, vendrá el tío Latiguillo y te traerá carbón.

Pierre se fue muy triste a su cama. Pero antes dejó el zueco que le quedaba junto a la chimenea.

Al día siguiente, Pierre se llevó una gran sorpresa. Se levantó muy temprano, porque apenas podía dormir, y junto a la chimenea descubrió todos los regalos que deseaba recibir: abrigos, ropa nueva, zapatos, cuadernos para el colegio y algún juguete. Pierre fue corriendo a la ventana y al mirar al cielo, descubrió el trineo de Papá Noel que se alejaba. A su lado, viajaba un niño vestido de blanco. El niño al que le regaló su zueco. ¡Era el niño Jesús!


miércoles, 20 de diciembre de 2017

Iván Turguéniev & Paulina Viardot




El clásico de la literatura rusa del siglo XIX, Iván Turguéniev (1818-1883), conoció a la cantante española, Pauline Viardot-García (1821-1910) en el Teatro Mariinski de San Petersburgo en noviembre de 1843. Desde aquel día decidió abandonar su país para vivir a caballo entre Baden-Baden y París y estar cerca de su amor el resto de sus días.

La enigmática mujer que le robó el corazón a Iván Turguéniev, era hija de dos cantantes de ópera españoles, Manuel García y Joaquina García-Sitches. Paulina nació y vivió en París. En 1840 contrajo matrimonio con el escritor e hispanista francés Lous Viardot.

Desde que Turguéniev la conoció en San Petersburgo, se negó a separarse de la española. Paulina, Louis Viardot e Iván Turguéniev formaban un triángulo público y aceptado por el marido, viajaban y vivían prácticamente juntos. Además, el escritor ruso adquirió una casa en Bougival para estar a pocos metros de su amada Pauline. Toda la obra novelística de Turguéniev estuvo marcada por esta tormentosa relación, que a veces le llevaba a la extrema desesperación.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Paula & Raymond Sheperd




Hoy queremos hablaros de una historia conmovedora, de esas que dejan constancia de cuan importante es el amor y la compañía en nuestras vidas hasta el punto de dejarnos sin palabras. Y es que morir de amor en una época en la que cada vez las parejas duran menos es cuasi heroico.

El caso que os traemos es el de Paula Sheperd, considerada ya como la primera mujer que muere de amor tres días después de encontrarse muerto al que era su fiel compañero de viaje Raymond Sheperd desde hacía 40 años. Dicen que ni siquiera llego a informar de la muerte de su marido ni a pedir ayuda, quizás porque ella en su interior sabía que no había nada que hacer y que no podría seguir sin él. La pareja fue encontrada sin vida por Suzanne Ashman, un agente inmobiliario de Southampton tras intentar contactar con ellos sin éxito. Su hijastra, Alison White, declaró: “Papá era su ancla”.

Y es que según la ciencia, parece ser que es posible “morir de amor” debido al fuerte impacto emocional que puede suponer la pérdida de la persona con la que llevamos compartiendo nuestra vida desde hace tanto tiempo. Esto se había comprobado en otras especies animales en los cuales uno de los miembros de una pareja no había podido soportar la muerte de su cónyuge y habría acabado, como se decía, muriendo de pena. Sin embargo en humanos es la primera muerte conocida en tales circunstancias, aunque sinceramente no creo que haya sido la primera ni probablemente será la última.

La historia ha generado mucha expectación y ha sido comentada en numerosas redes sociales. Y es que después de tanto tiempo compartiendo todo con alguien y a esa edad en la cual uno lo único que quiere es vivir sus últimos años en paz y sin grandes sobresaltos debe ser durísimo tener que aceptar el irte después del ser amado y tener que soportar su pérdida .

Al final es otra prueba más de que con el tiempo el amor no desaparece entre dos personas sino que bien llevado se acaba transformando en otra cosa tan especial como puede ser el enamoramiento mas pasional. No hay duda de que muchas veces la realidad supera al cine y esta historia es digna de la mejor película de Hollywood.

martes, 12 de diciembre de 2017

Katie Donovan y Dalton Prager




La dramática historia de amor de una pareja de jóvenes.

Como muchos jóvenes, Katie Donovan y Dalton Prager se conocieron a través de internet. La joven se enteró que Dalton sufría de fibrosis quística (FQ), al igual que ella, por lo que decidió mandarle un mensaje por Facebook.

“Si alguna vez necesitas un amigo con quien hablar, puedes contar conmigo”, escribió Katie, a lo cual el chico respondió “Disculpa, pero ¿te conozco?”. Desde ese momento comenzaron hablar y crearon una profunda amistad.

Ambos tenían 18 años y pasaban gran parte de su tiempo entre médicos, exámenes y hospitales. A los 3 días quisieron conocerse en persona, pero tuvieron que enfrentar un gran problema. Los pacientes con esa enfermedad no pueden encontrarse cara a cara ya que el riesgo de transmitirse alguna infección es demasiado alto y podrían terminar por afectar más sus pulmones.

“Cuando decidíamos si conocernos o no, le dije a Dalton que yo estaría contenta —muy, muy contenta— por cinco años de mi vida y morir antes, que ser mediocremente feliz y vivir 20 años”, explicó Katie a CNN. “Eso fue algo que definitivamente tuve que pensar, pero cuando tienes esos sentimientos, simplemente lo sabes”.

Así que desobedeciendo las recomendaciones de todos, la chica visitó a Dalton en el hospital, pero un mes después Katie se contagió con Burkholderia cepacia, una infección que padecía su amigo y que puede resultar fatal para los pacientes con esta enfermedad.

Contra todo pronostico los jóvenes se casaron dos años después de conocerse, sin embargo, la fibrosis había deteriorado su salud a tal nivel que ambos tuvieron que renunciar a sus trabajos y debieron vivir conectados a una maquina de oxígeno.

En agosto de 2014, la pareja fue ingresada a Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, donde esperarían por sus trasplante de pulmones. Prager fue el primero en recibirlo, sin embargo, su esposa no corrió la misma suerte. Algunas semanas de la cirugía, los doctores dieron de alta a Katie ya que que sería bueno para ella psicológicamente, según le explicaron.

El problema fue que a los pocos días comenzó a tener dificultades para respirar y cuando intentó regresar al hospital se le informó que se habían agotado sus horas de Medicare, que según explica CNN es un programa federal de seguros médicos para los ancianos y cualquier persona con discapacidad. Por esta razón no podían volver a aceptarla ya que el estado no pagaría otra hospitalización antes de 60 días.

La salud de la joven estaba tan mal que tuvo que recurrir a un seguro público de su estado natal, Kentucky, siendo aceptada en el Hospital de la Universidad de Kentucky para esperar su trasplante.

Pero de nuevo la mala suerte atacó a Katie, ya que se enteró que la mayoría de los centros de salud no realizan trasplantes a pacientes con Burkholderia cepacia, los cuales son transferidos a otros hospitales más grandes que tienen más experiencia con casos complejos, pero que su nuevo seguro no costea.

A partir de entonces, Katie y Dalton, hoy de 24 y 23 años, comenzaron una lucha incansable para conseguir alguna salida al problema. La situación se volvió mucho más grave, cuando los doctores les aseguraron que ella no viviría un año más sin nuevos pulmones.

“Siento que le están poniendo un signo de dólar a mi vida”, dice. “No quiero morir por culpa del dinero. Eso es estúpido. Nadie debería tener que hacer eso”.

La pareja se siente aún peor, ya que no han podido estar frente a frente durante varios meses -sólo se comunican por Skype-, debido a los riesgos que trae para el joven contagiarse nuevamente con otra infección.

“Solo quiero llegar a ver nuestro cuarto aniversario en julio, ser capaz de darnos la mano y abrazarnos. Eso es todo lo que realmente quiero —ser capaz de abrazar a mi esposo en nuestro cuarto aniversario”, señala.

Actualmente los jóvenes siguen batallando para poder encontrar financiamiento para la cirugía que podría devolverle la salud a Katie y darles una vida juntos como una pareja normal.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Janice Rude & Prentiss Willson



La hija no puede casarse con el amor de su vida, 50 años después encuentra un recorte de periódico que su mamá ocultó.

Todo el mundo ha estado enamorado. Este amor puede ser con alguien especial como un alma gemela, tus padres, hermanos, mascotas o incluso algo tangible que tiene un lugar muy especial en tu corazón. 

Puede decirse que, independientemente de a qué o quién alguien haya amado, conocen ese sentimiento cálido y confuso de tener algo especial con alguien. La historia que estamos por compartir hoy es una de amor también; amor entre dos personas que esperaron su momento durante 50 años.

Janice y Prentiss se conocieron en 1961 en la Universidad Occidental, en California. Janice era una estudiante y trabajaba a tiempo parcial para ayudar a pagar su matrícula. Un día, cuando estaba ayudando a servir comida a los estudiantes en la línea, sus ojos cayeron sobre Prentiss. En cuanto esto sucedió, supo que tenían algo especial.

Evidentemente, Prentiss comenzó a visitar la cafetería más a menudo para poder ver a la hermosa mujer que ayudaba a servir. Janice, por supuesto, estaba feliz de verlo hacer estas frecuentes apariciones. 

Luego, en el día de Acción de Gracias, cuando Prentiss fue a casa por el feriado, Janice se dio cuenta de que sería difícil vivir sin él, y lo siguió hasta la casa de su familia a 150 millas de distancia. Se declararon mutuamente su amor y se comprometieron en 1962; el compromiso fue publicado en un periódico local.

Pero las cosas no terminaron bien para la pareja. En seguida luego del compromiso, el padre de Janice le dio un ultimátum: Debía separarse de Prentiss, o dejaría de pagarle la matrícula universitaria. Janice necesitaba un título universitario, por lo que tuvo que acceder a los deseos de su padre, y rompió el compromiso y no volvió a ver a Prentiss.

Tanto Janice como Prentiss eventualmente conocieron a otras personas y siguieron adelante; incluso se casaron. Pero ninguno de los dos pudo olvidar a su primer amor. 


Pero el destino tenía otros planes para ellos, y volvieron a encontrarse, esta vez para siempre. ¡Para ver la historia completa, mira el video de abajo! Si disfrutas esta reunión tanto como nosotros, ¡no olvides dar un “me gusta” y compartir esta nota con familiares y amigos!