viernes, 11 de agosto de 2017

Richard y Mildred Loving



Una de las películas más aclamadas en el Festival de Cannes, que se acaba de inaugurar, ha sido la película ‘Loving’, dirigida por Jeff Nichols e interpretada por Joel Edgerton y Ruth Negga, basada en la historia real de Richard y Mildred Loving, una pareja interracial que a mediados del siglo XX lucharon contra las leyes antimestizaje de EEUU que prohibían, en la mayoría de los Estados, los matrimonios entre personas de distinto color de piel.

Y es que hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las personas de raza negra no podían acudir a la escuela y cuando pudieron hacerlo era en clases separadas de las personas blancas. Un tiempo en el que tampoco podían viajar en el mismo autobús, beber de la misma fuente pública, caminar por el mismo lado de acera o incluso contraer matrimonio con una persona de otra raza.

Esta es la historia de Mildred Jeter y Richard Loving, una pareja interracial que a base de lucha, sufrimiento, constancia y mucho amor entre ellos, consiguieron que en 1967 se admitiese por primera vez en el estado de Virginia un matrimonio entre una mujer negra y un hombre blanco. Ése fue el primer paso para que se cambiase la ley en los otros 15 estados norteamericanos en los que estaba prohibido.

Siendo apenas unos adolescentes se conocieron en un entorno rural, en el que la discriminación por cuestión de raza estaba muy acentuada, pero a pesar de ello se enamoraron y decidieron crear una familia, cuando Mildred quedó embarazada con 18 años.

El escándalo azotó las vidas de sus familias y ambos decidieron marcharse hasta Washington DC donde contrajeron matrimonio en 1958. Pero ninguno de los dos era consciente de que esa unión no era legal en gran parte de los Estados Unidos por culpa de la Ley de Integridad Racial que se había aprobado en 1924.

Volvieron como marido y mujer a Virginia, pero pasó poco tiempo para que alguien los denunciase anónimamente ante las autoridades, fueran detenidos, juzgados y condenados a un año de prisión. 

El juez les ofreció el trato de poder librarse de la prisión si se marchaban a vivir a otro Estado por un periodo de 25 años y así lo hicieron. Se despidieron de sus respectivas familias y volvieron al lugar donde fueron felices durante un tiempo: Washington.

A pesar de que en la capital federal de los EEUU se respiraba más libertad que en la mayoría de otros estados, la convivencia allí tampoco fue fácil. La lejanía de sus seres queridos y ese rechazo implícito en muchos conciudadanos les hacía daño.

Richard y Mildred Loving se consideraban una pareja como las demás y el hecho de que fuesen de razas diferentes no debía clasificarlos en una categoría inferior. Harta de vivir esta situación y de no poder viajar hasta Virginia para visitar a sus padres, Mildred decidió poner su caso en conocimiento del Fiscal General de los Estados Unidos.

Por aquel entonces tal cargo lo ocupaba Robert Kennedy, quien lo estudió con detenimiento y decidió prestarles ayuda, poniendo al matrimonio Loving en contacto con la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), la mayor organización privada cuya misión era defender y preservar los derechos individuales y garantizar las libertades de las personas fuera cual fuese su raza, condición sexual o religión.

Y empezó una dura batalla legal que fue conocida como ‘Loving vs Virginia’ y que llevó al Estado en el que nacieron Richard y Mildred ante los tribunales.

Finalmente la Corte Suprema dictó el 12 de junio de 1967 una sentencia que cambiaría la vida de miles de personas que se encontraban en una situación similar a la de los Loving, dictaminando que la Ley de Integridad Racial de 1924 era inconstitucional.

Desde 2004, coincidiendo con el aniversario de dicha sentencia, el 12 de junio se celebra el “Loving Day” en el que se realizan festejos y se anima a la gente a seguir luchando contra las discriminaciones raciales y a favor de las relaciones interraciales.

Por su parte, el matrimonio Loving tan solo pudo vivir su amor interracial en libertad y con todas las garantías durante ocho años más, ya que el 29 de junio de 1975, con tan solo 42 años de edad, Richard falleció a consecuencia de un accidente automovilístico provocado por un conductor borracho.







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